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¡Es.pabila y lee!

ES.PABILA Y LEE es el nuevo club de lectura que arrancará con los albores del 2021.

¿Te gusta leer? ¿Te gusta compartir con otra gente tus impresiones sobre lo que estás leyendo? ¿Corres a contar a tus amigos tus descubrimientos literarios o el placer de encontrar ese libro que creías descatalogado? ¿Quieres compartir con nosotros tu afición lectora?

Si tienes entre 12 y 35 años, ganas de conversar sobre libros, libreros y librerías, y un poco de tiempo para ser otra persona o estar en otro mundo, escríbenos a espabila@aytoleon.es (indicándonos tu nombre, apellidos y edad) y te informaremos.

Encuentros con autores, talleres, programas de radio y lecturas de libros cuyo nexo común será en este primer año la Metaliteratura, te están esperando.







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EL LIBRO QUE CRECIÓ CONMIGO: ILDEFONSO RODRÍGUEZ

Empezar por una fecha. Y  una bien marcada: el año 1968, el año del mayo francés (y la masacre de Tlatelolco, en México; y las protestas del campus de Berkeley, California). En León una pandilla de adolescentes nos repartíamos entre  distintas aficiones: tocar rock and roll, escribir poesía, protestar -por todo, decían nuestros padres-, ligar, el amor, la amistad. Vivir, sobre todo vivir con el máximo de libertad que se pudiera. Libertad vigilada: el llamado tardofranquismo significaba los obispos como siempre en el poder, los meapilas peligrosos del Opus Dei. Y el General yendo a la condición de momia.  Para los que queríamos escribir poesía, Federico García Lorca fue el gran nombre de nuestro antifranquismo visceral (nos iba la libertad en ello). La proto-víctima del terror falangista, asesinado justo al mes de que unos generales venidos de África traicionasen a la República. Así han quedado en la historia mundial aquellos hechos. Ahora se puede encontrar cualquier nomb...

EL LIBRO QUE CRECIÓ CONMIGO: BRUNO MARCOS

Fue una lectura muy extraña de mi infancia. Realmente no sé si se trata de un libro para niños. Lo leí por imperativo escolar. Con la lista de obras que nos proponían en la mano, acudí a la biblioteca que había dejado mi hermano en tres estanterías del salón cuando se marchó a estudiar fuera y allí estaba: ‘Alfanhuí’. Lo encontré entonces muy siniestro y muy imaginativo, lleno de una desolación enorme, con paisajes que me daban miedo, atardeceres carmín, bermellón y sangre, amaneceres de oro y amarillo, caminos a ningún sitio... Lo he leído varias veces a lo largo de mi vida, recuerdo haberlo hecho por primera vez con ocho o nueve años y quedarme sobrecogido. Reconocía en sus páginas un estado de la sensibilidad que me era cercano, algo extrañamente triste, bello y familiar. Momentos que había experimentado de camino al colegio en mañanas frías o soleadas, con el viento azotando las calles como a un espacio abandonado, mirando los pajarillos en los charcos, saltando las líneas de las a...

EL LIBRO QUE CRECIÓ CONMIGO: CARMEN PALOMO

Algunos teóricos neodarwinistas opinan que el ritmo de la evolución biológica no es constante: el registro fósil parece indicar que hay épocas en las que los cambios evolutivos se producen con una relativa rapidez y otras, más prolongadas, de estabilidad. Este enfoque, llamado "teoría del equilibrio puntuado", presupone saltos evolutivos acelerados. Mi experiencia, especialmente en las etapas geológicas de mi formación lectora, sigue ese patrón: fogonazos. Leer no es, ni fue, un paseo pautado por tranquilas avenidas primaverales. Leer era, y es, zambullirse en la selva de lo humano relatado, el tumulto de los sonidos articulados, la ventana abierta sobre el pasado y sobre el Otro. Y eso sucede entre hallazgos deslumbrantes e incendios incontrolados. En el libro que crece conmigo leí, illo tempore, sin que pueda evitar sonreír al releerlo: Moça tan fermosa non vi en la frontera, como una vaquera de la Finojosa. Faziendo la vía del Calatraveño a Santa María, vencido del sueño, ...